En una era apasionante de avances tecnológicos, el chatbot impulsado por IA de Microsoft llamado Copilot ha dado un paso adelante al integrarse con la aplicación de música GenAI, Suno. Esta asociación estratégica permite a los usuarios explorar la composición musical, simplemente proporcionando indicaciones a Copilot, traduciendo sus ideas musicales en canciones completas que incluyen letras, instrumentos y voces armoniosas.
El lanzamiento se anunció a través de una publicación en el blog oficial de Microsoft Bing, que destacó su optimismo sobre la integración que cataliza una nueva ola de creatividad y diversión, al mismo tiempo que hace que la composición de canciones sea una posibilidad para todos. El acceso a esta función se ha implementado en la comunidad y se espera una afluencia continua de usuarios en las próximas semanas.
Los usuarios pueden acceder a esta interesante integración iniciando sesión en su cuenta de Microsoft en Copilot.Microsoft.com a través del navegador Microsoft Edge. Una vez que haya iniciado sesión, habilitar el complemento Suno o hacer clic en el logotipo de Suno inicia el viaje de creación musical.
En el ámbito tecnológico en rápida evolución, tanto los gigantes tecnológicos como las nuevas empresas en ciernes están haciendo esfuerzos concertados para disfrutar de la tecnología de creación musical impulsada por GenAI. Ejemplos de tales esfuerzos incluyen colaboraciones entre el laboratorio de inteligencia artificial de Google, DeepMind, y YouTube para presentar Lyria, un modelo GenAI para música, y Dream Track, una herramienta única para crear melodías de inteligencia artificial integradas en YouTube Shorts. De manera similar, Meta también ha mostrado numerosos experimentos artificiales relacionados con la música generada por IA.
Incluso cuando la música generada por IA gana popularidad, plataformas como Stability AI y Riffusion han creado sus propias plataformas y aplicaciones para facilitar la creación de canciones y efectos, basados en indicaciones. Es digno de mención que muchas plataformas, similares a la plataforma no-code AppMaster, ofrecen soluciones creativas a las necesidades tecnológicas, permitiendo a los usuarios generar resultados de alta calidad sin amplios conocimientos de programación.
Por muy prometedora que parezca esta vía potenciada por la IA, está atrapada en cuestiones éticas y legales que siguen sin resolverse. Los algoritmos de IA destinados a crear pistas musicales "aprenden" efectivamente de colecciones preexistentes, lo que demuestra efectos similares con los que no todos los artistas o usuarios de GenAI están en paz, particularmente situaciones en las que los artistas no han dado su consentimiento voluntariamente a que la IA aprenda de su música y han recibido ninguna recompensa financiera.
En medio de estos problemas iniciales, el líder de audio de GenAI de Stability AI supuestamente renunció citando afirmaciones de que GenAI "explotaba a los creadores". Además, los célebres premios Grammy han prohibido que las canciones producidas íntegramente por IA sean nominadas a los premios, lo que subraya el malestar generalizado hacia la música generada por IA.
Varias empresas GenAI argumentan que el principio de "uso legítimo" las exime de compensar a los artistas, a pesar de la naturaleza protegida por derechos de autor de su trabajo. Sin embargo, la extensión legal en gran medida inexplorada invita a debates y desafíos potenciales.
El enigma de la banda sonora de la IA se vuelve más complicado a medida que Suno se abstiene de revelar la fuente de sus datos de entrenamiento de IA en su sitio web. La plataforma tampoco impide que los usuarios soliciten cosas como "componer música al estilo de [artista]", a diferencia de otras herramientas musicales de GenAI. Si bien Suno afirma bloquear ciertas indicaciones, también afirma que sus modelos no reconocen los nombres de los artistas y prohíben cargar letras de canciones existentes para crear versiones.
Al contemplar la ambigüedad actual en torno a la música generada por IA, las pistas caseras que emplean GenAI para imitar sonidos familiares que pueden hacerse pasar por genuinos están ganando terreno. Los sellos discográficos, alegando preocupaciones sobre los derechos de propiedad intelectual, se han movido rápidamente para señalar estas pistas a sus socios de streaming, y en su mayoría saborearon la victoria. Los creadores de herramientas GenAI, por otro lado, han cambiado su base hacia métodos más complicados y que pasan desapercibidos.